Nadie reclamó su ausencia, la familia que la tenía parecía no echarla en falta. Esto afianzó nuestra teoría y pasados los días estipulados según establece la ley, iniciamos su difusión.
Después de varias visitas y encuentros, AIKA, desde el 26/12 está conviviendo con quien puede convertirse en su familia definitiva.
Parece que no todo el mundo está igual de concienciado y no entiende que un ser vivo es una responsabilidad y que un can o un gato, o otro tipo de mascota, no es un juguete.