Y ahí empezó todo, y con nuestros pies acompañados de sus huellas, empezamos un camino, un sendero, en armonía, confraternizando, conociéndose unos a otros, disfrutando de recibir lametazos, de dar caricias.
Adoptados, en adopción, adoptantes, casas de acogida y colaboradores, hicieron posible que el domingo 8 de diciembre viviésemos algo en donde el sentimiento, la buena energía era el denominador común.