Una noche, víspera del puente de la Constitución, saliendo de un establecimiento, nos hablan de una gata, preciosa y muy mansa.
Allí estaba, se acercó haciendo valer su ronroneo para engatusarnos. Flaca, de unos 6 meses de edad y buscando subirse a los brazos.
[fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»]La llevamos a casa de uno de los compañeros que la acogió con la idea inicial de hacerle las pruebas pertinentes y difundirla para adopción. No sería difícil que alguien se enamorara de ella. Dos de sus manchas en el lomo color cobrizo dando forma a unas alas, era el preludio de que ese ángel peludo sin quererlo y sin saberlo, había encontrado un hogar.
Así fue….su difusión fue mínima, pues se ganaba cada día el cariño de sus papis de acogida, de nuestros compañeros. El hecho de que empatizara con el resto de la manada, hizo el resto.
Hoy Arya es una gata feliz, con algún problemilla de salud, pero que con cuidados está disfrutando y haciendo disfrutar.
Desde este post y en honor a tanto gato callejero, abogamos por incentivar, por alimentar positiviamente el hecho de poner un minino en tu vida…..ésta cambiará para siempre!!![/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]