Rubia, esto no es un adiós. ¡Es un hasta luego!

[fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»]

Al rico solecito de Abades

No sabemos por donde empezar.

Sólo pensarlo nos produce una tristeza enorme y un gran dolor.

Jamás olvidaremos tu foto pidiendo acogida tras ser rescatada en un estado lamentable. Cuando la vimos nos acordamos de Shiva y automáticamente mandamos un privado a Deli y le dijimos «tenemos otra Shiva :(«.

No estabas tan desnutrida como ella, pero estabas sin pelo, tu rabo cortado, heridas en tu piel de lo que te picaba, no sabíamos que podía ocurrir.

En ese momento estábamos empezando a vincularnos a todo esto y ya teníamos un abuelo en casa, Forest. Forest y tú, los «culpables» de que S.O.S.PELUDOS viera la luz.

Nos calmó el hecho de que alguien se ofreciera de acogida y nos ofrecimos de apoyo y ahí empezó nuestra historia.

Ahora, transcurridos 16 meses desde que llegaste a nosotros, agradecemos enormemente su cobardía y el que te dejara en otras manos que te ataron a una barandilla.

Entraste en nuestras vidas en silencio, sin hacer ruido, sólo agradeciendo cada día de cuidados, de mimos, de atenciones, con tu trufa moviéndose en todas direcciones, tus tímidos lametazos y tus incesantes movimientos de cola.

[/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»]

A los 7 dias de llegar a casa

Tardamos mucho en saber que ocurría, muchas pruebas, analíticas hasta que logramos estabilizarte y pudimos realizarte la primera operación. Esa operación que fue como la caja de pandora y reveló todo lo que había sido imposible saber antes.

Empezó una cuenta atrás, empezaron los plazos, los tratamientos, pero frente a todo esto, estaban tus ganas de vivir, la dureza de tu raza y en más de una ocasión nos dabas esperanzas, ilusiones vagas porque la realidad era otra bien distinta, pero apostar por ti fue la mejor decisión que hemos tomado y aprovechamos, porque sabes que esto fue gracias a muchos, a dar las gracias a cada uno de ellos, los que quisieron tirar p’alante como diría la «tía Coca» o incluso adoptarte como quiso Soledad.

En esa nueva etapa, todo mostraba otro color, por fuera parecías una podi sana, recuperada, con una capa de pelo y un rabo regenerado, a priori inimaginables. Por dentro, era otra historia, pero aún así, tu luchabas, y en tu lucha nos dabas lecciones, cada día.

Nos has enseñado mucho, tanto, que ya no tenemos miedo a nada….Hace tiempo que perdimos el miedo a la muerte y también a la vida.

Las recaídas fueron muchas, tiempo en el que supuestamente nos preparabamos para este desenlace, pero una nunca lo estás para despedidas de esta índole. Hacernos a la idea de que la presencia de un ser al que amas, dejará de acompañarte nos resulta un harto difícil.

En esas recaídas con sus remontadas, eras como el ave fénix. Pasabas de tener que ser manipulada para todo a pegarte unas carreras que nos hacían ponernos en forma, pero así es como nos arrancabas las sonrisas y nos dabas fuerza.

Entro Mila en ese impás y se fue. Y con ella conectaste, a vuestro modo, la edad y los avatares de la vida supongo que os hacían tener más cosas en común de lo que uno se pueda imaginar.

Cuando llegó estabas en tu penúltima recaída, de la que saliste airosa una vez más y de nuevo el pensamiento positivo invadía nuestra existencia y de nuevo nos llenábamos de valor para continuar….

Pero esta vez, supimos que no habría remontada. Tu expresión era otra y el dolor era palpable.

Recuperándose….

Te prometimos que estarías mientras tuvieses calidad de vida, dignidad y no tuvieras dolor. Y bajo ningún concepto y pese a todo el dolor que nos produce tu ausencia, jamás íbamos a faltar a nuestra palabra.

Los tres últimos días fueron duros Rubia, porque la expresión de tu cara cambió, nos pedías descansar y no podíamos negarnos. A tus 13 años habías tenido una vida dura y espero que los últimos 16 meses te hicieran olvidar tu pasado.

Si es verdad que sólo vivís el presente, espero que te sientas orgullosa de nosotros, que te llegase todo el amor que por ti sentimos, que nos hagas un hueco en donde quieras que estés junto a Mila, Garfield y Trufi.

Nos quedamos con la paz que siempre nos has transmitido, con todas tus enseñanzas, tus lecciones.

No podemos despedirnos y sé que no te gustaría que lo hiciésemos, sin agradecer a Ana, Sonso, Montse, Cari y Elena, de la clínica veterinaria Sabuesos de Candelaria, todo lo que han hecho y luchado por ti. Ni tampoco a Dani, Raquel y Abi, de la clínica veterinaria La Gallega, que han hecho que murieras con la dignidad que te prometimos. A todos y cada uno de los profesionales, gracias por su implicación en tu caso tanto a nivel personal como profesional. Sin ellos la esperanza sería 0.

Te queremos

Querida Rubia no te vamos a decir adiós, esto sólo es un hasta luego, un hasta pronto, porque tú sigues aquí, con nosotros, lo sabemos y velaras por todos aquellos que te quisieron y han querido que tuvieras una oportunidad.

Te queremos y ojalá en algún momento te reencarnes en alguien, si lo haces, no nos cabe la menor duda de que ese ser será sin duda especial.[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]